9.8.10

secuelas de un viaje





Un último tren de mi día (aunque en realidad fue el 5to o 6to que salía de plaza), volviendo lentamente a mi rescate diurno. Allí la cabeza decidió excitarme con imágenes de postales: retumbaba la idea de "Londres en Buenos aires, Buenos aires en Londres, Londres y Buenos Aires" y toda esta sensación no era efecto del etanol (para el común "martini o dry drink") ni mucho menos la dietiltiamida, no! esta vez no, más bien pienso que el mundo preparó tal escena, solo para remarcarme la insignificación de un ser vagabundeando por la ciudad, desde el centro a la periferia, remarcandome mis nulas posibilidades de alquilar en el centro, resguardandome como consuelo a mi limitación material, del ruido y las multitudes uniformes.
Fue lo mejor de la noche aunque acechaba el día, ya era sabado, hace rato que era sabado, y yo viajando dentro de una nube, (literalmente). Esto, debo decir, me resultó impresionante: el hecho de ver no más que una grisácea sensación de tristeza, pero no sentirla. El hecho de no ver a mas de dos metros e imaginar igualmente el paisaje. Así, caí en la cuenta que por más muerta y rutinaria sea una ciudad, la naturaleza igualmente se encargaba de borrar los rencores y perdonaba al idiota que forjó su esquema.
Una estela de implacables "minigotitas de agua" retenía el tren y dejaba que éste la ultrajase, casi como aumentando la líbido entre dos personas irreconciliables: el tren y la neblina, o mejor ,el hombre y la naturaleza.
Tres cuadras distancian mi casa del tren: imagine lo que se puede a llegar a pensar en tres cuadras todavía en un estado de transición entre el "no tiempo" y la necesidad de dormir para empezar la otra vida-!!imagínese¡¡; esas tres cuadras esbozé una teoría que hoy lunes 9/08/2010 sigo sosteniendo (increíble, digo, la retención de un pensamiento por tantos minutos). A saber:
El poder de los labios efímeros, (un segundo es demasiado), hace analizar esta cuestión y plantearme si lo que allí pense es que el "just like heaven" había acechado no ya como aquella vez (memorable por cierto) sino que había mutado, permitiendome disfrutar de un mini "londres-bsas", produciendo la sensación de un cielo terrenal y mi osadía en él. Y todo con un simple encuentro de dos seres quizás con puntos de vistas dísimiles, con vidas diferentes pero que acuerdan un punto en el camino y se "aprecian" a su gusto.

deja que el beso dure.-

Cándido.

0 comentarios: