"To beef or not to beef" (Carlos Solari)

Monumental acepción encontramos aquí.

¿Pues acaso no somos mercadeados y devorados por nuestros iguales, por esta vez "corporativos"?

La respuesta (con el mejor packaging rompe-craneos en París) es una vez más, hasta el hartazgo: NO (para el mayorío insaciable).

No faltaba mucho tiempo para entender porque la culpa no es del cancho, sino de los que le damos de comer. Empero, falta tanto tiempo para poder desprendernos de esto. Tanto tiempo como arboles son arrancados. Con tanto ingenio y ánimo buscan los hombres comerse a los hombres que, ¿puede acaso el destino hallar semejante ingenio para ser forjado? (Aceptemos que nuestro destino no es más que perecer como idiotas insensatos)

Viejos doctores de la felicidad no previeron mi angustia. Excelentísimo desvelo terrenal arrancó de raíz viejos prejuicios, por suerte. No todo en la vida es tan ocre, pues siempre hay un contraste que permita especular cien años de vida más.

Venga de la mano de Cronos: castigo, hambre, miedo, soledad; para los que pensaron en su sagrado culo nada más.

Venga de nuestro espiritu inclaudicable, una ansiada libertad (al menos intelectual).

Cándido.-